Los términos Kernel y Shell tienden a relacionarse equivocadamente tan solo con los sistemas operativos Linux. Desde Malavida queremos ofreceros una pequeña explicación del significado de estos términos de manera sencilla y sin entrar en complicados detalles técnicos, lo suficiente para que cualquier usuario, sin importar su nivel de conocimiento, pueda entender qué son y cómo funcionan estos elementos.
El Kernel, o núcleo, se refiere al software que relaciona las aplicaciones con el hardware de nuestro ordenador. Las órdenes del Kernel son las únicas que interactúan directamente con los componentes físicos del ordenador, como el procesador, la RAM o los discos duros, ya que están expresamente diseñadas para no dañar estos elementos. Las instrucciones del Kernel también son las encargadas de asignar los recursos a cada proceso y decidir qué prioridades y recursos del sistema se le asignan.
El Shell, o intérprete de órdenes, son aplicaciones capaces de interpretar las órdenes del usuario a través de comandos escritos, como por ejemplo el sistema MS-DOS o los terminales de consola de los sistemas operativos Linux. Estas aplicaciones permiten al usuario interactuar con el ordenador, normalmente a través de una sencilla interfaz de texto plano, y suponen la forma más básica de interacción de un usuario con su ordenador, escribiendo las órdenes en este Shell a través de comandos y recogiendo las respuestas de la máquina.