Todos los dispositivos de hardware con un cierto nivel de «inteligencia» integran un software específico que «dice» a los chips qué y cómo hacer que todas las funcionalidades características de una placa base, una cámara de fotos, un router, una consola o incluso un disco duro estén presentes y funcionando correctamente. Este software está almacenado en memorias no volátiles que se mantienen imperturbables incluso en ausencia de corriente eléctrica, aunque con la posibilidad de borrarlas y volver a grabarlas en caso de necesidad.

Como cualquier programa de software, el firmware puede contener bugs que provoquen fallos o deficiencias durante el funcionamiento. No suele ser habitual, pero, como cualquier pieza de software, no es infalible y puede fallar o, cuanto menos, ser susceptible de mejoras a medida que se descubren nuevas funcionalidades.

Dependiendo del tipo de dispositivo de que se trate, las actualizaciones de su firmware pueden ser totalmente intrascendentes y prescindibles o, por el contrario, significar la solución a problemas de diversa índole y bastante importantes.

Por ejemplo, en una placa base, una actualización del firmware puede suponer la diferencia entre poder instalar un procesador de última generación o tener que conformarse con uno anticuado. En una cámara digital, como la Canon EOS 5D Mark II, una mera actualización del firmware supuso acabar con algunos artefactos visuales que se manifestaban en las copias impresas o a simple vista en la pantalla debido a un error en los algoritmos de procesamiento de las imágenes.

En discos duros, sin ir más lejos, ya existen actualizaciones para el firmware de los discos SSD de Intel, de modo que los algoritmos que gestionan la distribución de los datos en las células de memoria sean más eficientes. En las grabadoras de DVD, las actualizaciones de firmware son también habituales y permiten mejorar la compatibilidad con ciertas marcas o tipos de discos mediante la modificación de la potencia y duración de la actividad del láser al recorrer la superficie de grabación.

Por su parte, en los teléfonos móviles, también es posible hacer que un móvil con sistema operativo Windows Mobile 6.0 pase a tener la versión 6.1 o incluso la inminente 6.5, siempre y cuando el nuevo firmware sea el adecuado para el teléfono que tengamos, pues la relación entre el firmware y el hardware es extrúrdinariamente íntima...

Complicaciones y desencuentros

Durante el procedimiento de actualización de firmware, te puedes encontrar con algunos inconvenientes o situaciones atípicas que pueden llegar a asustar. En algunos casos, el susto estará justificado, en otros, no tanto.

1. Cuando actualices la BIOS de una placa base, intenta tener el equipo conectado a un SAI para evitar que un corte de corriente interrumpa el proceso de forma inesperada. Dependiendo de la placa, esto puede ser un auténtico desastre o solo un incidente sin importancia.

2. Las placas de Intel, tras iniciar el proceso de actualización en Windows, reinician el sistema y se quedan un buen rato con el sistema aparentemente «muerto» y se escuchan unos zumbidos periódicos. Es el procedimiento normal, de modo que no tienes por qué alarmarte.

3. En el caso de portátiles, la norma es la de no tocar nada salvo que sea estrictamente necesario. Acer es especialmente complicada, con modelos de portátiles que varían en el hardware aunque se «llamen» igual.

4. Las actualizaciones de consolas son realmente fáciles, pues están diseñadas específicamente para que los usuarios aborden el proceso desde casa. Todo se realiza en un entorno seguro y automatizado.

5. Actualizar un móvil solo es recomendable para auténticos expertos en la materia. Los pasos que intervienen en el proceso son laboriosos y no exentos de riesgos.

Pasos genéricos

Como norma general para todas las tareas relacionadas con la actualización de firmware, se debería proceder del siguiente modo genérico, aplicable en todas las situaciones. Posteriormente, se verá en los casos concretos que cada dispositivo presenta peculiaridades propias asociadas con su hardware.

Paso 1

El hardware

Identifica con precisión el hardware sobre el que deseas realizar la actualización de firmware. Este paso es vital para evitar posteriores problemas, pues la mínima variación en aspectos como la versión del dispositivo (v1.1 frente a v1.0, por ejemplo) puede suponer una avería grave en el hardware.

Por ejemplo, en las placas base es preciso examinar la serigrafía del modelo y no fiarse de lo que aparezca en el manual. Lo mismo se aplica para dispositivos de red, como tarjetas inalámbricas y routers, donde la fuente de información más fiable para averiguar el modelo es la serigrafía o la pegatina adherida en la carcasa.

Paso 2

El firmware

Comprueba la versión del firmware presente en el dispositivo y cotéjala con la versión más reciente que aparece en la página web del fabricante. También es interesante examinar los documentos que describen los cambios introducidos en los nuevos firmwares, pues no siempre será interesante ni necesario proceder con la actualización. Además, recuerda que actualizar el firmware es una operación que conlleva un riesgo y puede provocar averías serias que precisarán de la visita a un servicio técnico.

Paso 3

La actualización

Examina con cuidado el procedimiento de actualización. Salvo casos particulares, la forma de actuar será parecida en todos los casos: descargar el firmware de la página web del fabricante. Comienza bajando la herramienta de software que el fabricante pone a disposición de los usuarios en el caso de que no esté incluida en el propio paquete de actualización.

En algunos dispositivos, como los routers inalámbricos, la utilidad de actualización está integrada en el menú del sistema. En otros casos, aún es necesario iniciar el sistema desde la propia herramienta de actualización de firmware grabada en un CD-ROM de inicio, aunque la tendencia generalizada es la de migrar todo el proceso a Windows para simplificarlo.

En el caso de las cámaras de fotos, el procedimiento pasa por grabar en una tarjeta de memoria el fichero de actualización del firmware y activar la opción de actualización en el menú en pantalla. De cualquier forma, nunca debes perder de vista que, para las actualizaciones de firmware, hay que ser rigurosos y no dejar nada al azar.

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