Fortnite tal y como lo conocemos salió al mercado como título de acceso anticipado el 26 de septiembre de 2017, aunque anteriormente había pasado un tiempo como título en acceso anticipado. Originalmente, este título ni siquiera era un battle royale. Sus raíces se remontan a 2011, cuando nació como resultado de un encuentro entre desarrolladores (o game jam) en Epic Games, justo después de haber publicado Gears of War 3.
Si bien Fortnite no fue un resultado directo del game jam, sí que se llegó a un acuerdo de crear un juego que permitiese fusionar elementos de construcción de títulos como Minecraft, con elementos de juegos de disparos en tercera persona como el ya mencionado Gears 3. Conforme el desarrollo fue avanzando, lo que se obtuvo fue lo que hoy se conoce como Fortnite: Salvar el Mundo, un modo de juego para un jugador en el que el usuario debe sobrevivir en un mundo abierto, enfrentándose a hordas de zombis como principales enemigos.
Con estas premisas en la mano, el 25 de julio de 2017 Epic Games lanzaba Fortnite: Salvar el Mundo como un título de acceso anticipado. Y, casi al mismo tiempo que esto sucedía, se publicaba PlayerUnknown’s Battlegrounds (PUBG) y se convertía en un fenómeno mundial. Desde Epic Games decidieron que querían un trozo de aquel pastel a priori tan rentable, y se dieron cuenta de que con las bases del modo original de Fortnite se podía crear un juego tipo battle royale. En dos meses, Fortnite: Battle royale veía la luz y empezaba a convertirse en el fenómeno mundial que es hoy en día.
En la actualidad, millones de jugadores de todo el mundo están inmersos en este battle royale. Hay incluso competiciones de eSports ligadas a Fortnite, y personalidades de Internet (como por ejemplo Ninja) que han hecho de este título su forma de vida. Fortnite por ahora no para de crecer, y no se ven visos de que su techo esté cerca.